El tercer párpado es una estructura del ojo del felino que muchos propietarios desconocen y que tiene importantes funciones, entre ellas, la protección ante agresiones externas y el aporte de lágrima.
En ésta, como en otras características anatómicas, el gato supera al ser humano. El bípedo racional, a lo largo de su evolución, perdió esta estructura, una parte importante del organismo de un ser vivo que quiera tener protegido su globo ocular.
El tercer párpado se encuentra situado en el ángulo interno del ojo, el más cercano a la nariz, debajo de los párpados visibles, “los de toda la vida”. Podemos decir que es una membrana de tejido conjuntivo, sin pelos, cuyo armazón es un cartílago en forma de “T” o de ancla; dicha membrana dispone de una glándula que proporciona un alto porcentaje de la secreción lagrimal del ojo.
Como estamos viendo, esta desconocida estructura existe y realiza un trabajo importante:
Cuando el ojo va a sufrir, por ejemplo, un traumatismo, los párpados superior e inferior se contraen y provocan la salida del tercer párpado, que, como un limpiaparabrisas, cubrirá el globo ocular de forma parcial o casi total en algunos casos; este tercer párpado no tiene músculos propios, por lo que su movilidad depende de los párpados “de siempre” y su vuelta a la posición inicial se produce al relajarse los párpados.
Muchos propietarios afirman que su gato está enfermo si el tercer párpado se visualiza continuamente, pero esta percepción no es correcta; lo que sí nos puede indicar la presencia visible del tercer párpado es: